Ayer vi esa muchachita de rodillas.
La vi, rodeada de mantas blancas
que se movían a su alrededor
mientras ella clamaba y lloraba.
Ayer la vi siendo amada.
La vi cubierta de tu gracia
sin que ella lo notara
su corazón está ardiendo por ti.
Ayer la vi que caminaba.
Cruzaba diagonales sonriente
pues estuvo temprano cerca de su Amado.
La vi, con un viento blanco
que la traspasaba, la envolvía,
dándole certeza y confianza
de que tu seguías con ella aun allí.
Ayer la vi ser osada.
La vi descubrirse.
Entendió lo que pusiste en su interior
y estaba oculto.
Vi caer sus argumentos,
y en sus ojos nacer la fe.
Su corazón se derrama en lágrimas por comprender
que tu estas siempre,
que donde ella es débil tu eres más que fuerte,
que lo imperfecto de ella
se cubre de tu perfección.
La vi, rodeada de mantas blancas
que se movían a su alrededor
mientras ella clamaba y lloraba.
Ayer la vi siendo amada.
La vi cubierta de tu gracia
sin que ella lo notara
su corazón está ardiendo por ti.
Ayer la vi que caminaba.
Cruzaba diagonales sonriente
pues estuvo temprano cerca de su Amado.
La vi, con un viento blanco
que la traspasaba, la envolvía,
dándole certeza y confianza
de que tu seguías con ella aun allí.
Ayer la vi ser osada.
La vi descubrirse.
Entendió lo que pusiste en su interior
y estaba oculto.
Vi caer sus argumentos,
y en sus ojos nacer la fe.
Su corazón se derrama en lágrimas por comprender
que tu estas siempre,
que donde ella es débil tu eres más que fuerte,
que lo imperfecto de ella
se cubre de tu perfección.
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